El inocente
El inocente
A Oswaldo Reynoso
Coronada de cal la melena de un hombre recorrido
Robusto y alto
blanco insólito.
Mira a través de sus gruesos anteojos esa Lima
que muy bien él conoce,
esa ciudad de los reyes plomos,
la que levantó antros para recoger a Carambola o al Rosquita;
o para consolar en un bar, vanamente, al Revólver;
o para llevar a Miguel a la plaza San Martín
y ver con él cómo el Libertador se cae del caballo.
Es una Lima donde en octubre no hay milagros,
más monstruosa desde los tiempos de la radiola,
más rebelde que el rock,
menos inocente de noche
¡Indecente de madrugada!
Ciudad venosa y hormiguera
Crece por el don de la musa Metropolitana
Y por un tren eléctrico al que le faltan los tomacorrientes.
Como el Príncipe, seguimos durmiendo cuatro en un solo catre,
Y luego una Olla nos quiere mandar al servicio militar
Por callejeros y pendejos.
¡Ya no podemos ir a la playa
a jugar con la inocencia,
pues los restaurantes
nos ganaron la licencia!
…
Oswaldo Reynoso mira a través de sus anteojos,
bajo su melena blanca y con su porte de titán…
Parece un Zeus rockerazo.
¡Buena tío!
César Antonio
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Saludos y un abrazo.