Entradas

Mostrando entradas de 2012

Viajera

Déjame quedarme en tus rodillas Princesa, muchacha joven, edad limpia; Quiero yo saber de tus números y tus letras, De tus cabellos de polvo y tus sueños En este viaje en que vas conmigo Por rumbos diferentes Encajada sutil y benévola En mi regazo y en tu cabello de polvo. César Antonio

El ingreso

Había hecho 1450 puntos, había alcanzado vacante, había ingresado en San Marcos. Quise sentirme feliz por ella, lo deseé con todas mis fuerzas… Ella era más que yo. Con ese aborrecedor sentimiento pagué al tío de la cabina de Internet y volví al cerro. Sentado sobre una piedra encontré a Julio preocupado. En una semana lo iban a operar y estaba asustado. Por distraerlo le dije que tenía una gran noticia y lo intrigué un buen rato. Finalmente le dije que Cielo había ingresado en quinto puesto a la carrera de Matemática. Se sorprendió un instante y luego, con gesto sereno, me preguntó: — ¿Y cómo te sientes? — ¡Contento pues, idiota! ¿cómo quieres que me sienta? ¡Fue mi enamorada! Julio asintió con bastante incredulidad. Me compartió un espacio en su piedra y miramos en los barrios de abajo nuestra pobreza de polvo y calor. En ese momento vi subir a Cielo. Al verme corrió para saludarme, como siempre, aunque ya no nos queríamos... Cuando ella estuvo frente a mí me puse de

Edson

Son tres las muchachas que se mueren por Edson; pero él, ni caso. Está concentrado en el campeonato inter escolar  de fútbol y parece que toda la vida va a estar así, entregado únicamente a la pelota. Yo no lo creo. Espérense uno o dos años. Lo que pasa es que todavía no lo coge la adolescencia, es un niño, apenas está por acabar la primaria; mientras, las muchachitas —que maduran más pronto para ese sentimiento bochornoso que es el amor— sufren por él. Y sufren a tal punto que se sienten confundidas: ayer estuvieron contentísimas porque creyeron que Edson las miró; hoy lo llaman vanidoso y creído porque ni siquiera volteó a ver la barra que le hicieron, y reniegan. Él ni cuenta, no sabe nada, no tiene ni la más remota idea que está desorbitando corazones y que a veces lo aman y a veces lo odian con el mismo fervor. Ay, Edson, si supieras cuántos oficinistas, carpinteros y escritores soñaron de niños ser como Maradona…  Era algo así como Lionel Messi. Sin embargo, ser futbolista famo

Hoja de vida

Estoy pateando lata, una lata sonora y hueca que hace eco hasta el final de la calle. Y esto es incoherente con la cantidad de oportunidades laborales que se me presentan, casi siempre por los buenos amigos que hacen de mi agencia de empleo y que me pasan la voz y me dicen César por aquí hay un archivo, César por aquí una biblioteca, César por aquí una chambita que no te debes perder. Y yo preparo mi mejor floro frente a un espejo, acomodo y reacomodo mi hoja de vida, me pongo bien tiza, intento llegar temprano a las entrevistas —nunca llego temprano—; pero nada tiene resultado. Tal vez ya no deba ponerme exquisito con los empleos. Hoy un amigo me llamó muy animado, me habló de un puesto en un archivo en un simpático Ministerio; sin embargo el trabajo me quedaba a dos horas de casa, a tiempo completo empezando desde las 8:00 am, y con un sueldo debajo de lo normal. Lo tuve que rechazar. Paciencia. Paciencia. Gracias a Dios todavía soy un muchacho. Si fuera un jefe de familia hace rato