Nínive o El enojo de Jonás
Dicen que no es bueno dejar que el sol se ponga sobre nuestro enojo, o que el que se deja llevar fácilmente por la ira no es sabio. ¿Por qué? ¿Será acaso porque el odio nos hace asesinos, dementes, atrevidos? El odio se ha puesto sobre mí como una prenda pesada que me llega hasta el cuello y me asfixia y se ciñe también en mi pecho.
Además estoy ciego. No me diga nada usted, que no lo trataré con cordura ni gentileza, ¿no ve quizá el monstruo que se apoderó de mí y que siempre fui yo en el recodo de mis venas ora azules? Venga y verá lo generoso que soy con el genocidio, sí, venga para acabar con usted y con toda su familia. No me hable de amor ni de amistad.
Porque todos los hombres en un solo día se burlarojn de mí, ahora yo en un solo día destruiré la tierra.
César Antonio.
Comentarios
pero es que me tocan las narices los discursitos moralianos.
besosssssssssss
y enójese amigo, que despues uno se queda tan tranquilo.
Saludos y un abrazo enorme.
Mesura ante todo, hagamos caso a los griegos clásicos.
AZAÑA ORTEGA
Jajaja... Que me hago hígado, amiga, jajaja
alfaro
Voy a entrenar algunas carcajadas.
La sonrisa de Hiperión
Todo se transforma.
Moisés
Brava, no? Brava...