30 de mayo
Cuando te beso toda el alma se me va a los labios.
Es una maravilla sentirte, más que cerca, pegada a mí, aterrizada en mí, explorándome con los ojos durmientes, palpando mi pasión con tus palabras inhibidas, tratando de explicarse con otras palabras difuntas, que son mías, que se explican con articulaciones silentes.
Tu beso no se posa en mí, sino que se destruye en mí, se desintegra en mí, vive hasta fatigarse, hasta gastarse, y mientras fenece, cristianamente resucita mis vientos para que yo desafíe a todas mis muertes.
Vuelve a besarme, con esa fuerza con la que provocas que el tiempo duerma en la niebla, girando sobre nuestras cabezas y los hombros, en una danza suave y encantadora.
Vuelve a besarme, y comprende que el amor no se busca en los defectos, sino en las virtudes. Porque yo nací con el bufido de Dios, y con ese ardor te amo, y con ese ardor te beso.
César Antonio.
Comentarios
AZAÑA ORTEGA
Pasaré a verte en otras ocasiones
Saludos