Por el camino de las Nivolas
Veintiún años queriendo concretar un argumento que, en principio, demandaba no más de un año. Decir veintiún años parece hiperbólico, pero la creación artística no es favor de musas inspiradoras, sino un esfuerzo matizado con manías, algunas veces descomunal, que como pensaba el jovencito de los versos que encontramos en la obra de Camilo José Cela: “O la obra mata al hombre o el hombre mata a la obra” ( La Colmena ). Difícil tarea la del escritor. Es el dios de mundos que se le escapan de las manos. Dios de personajes predeterminados que luego se rebelan y rompen los esquemas de la trama y entonces hay que perseguirlos, someterlos a la idea, pero ellos se burlan. A esta rebeldía Unamuno llamaba nivola y está muy bien representada en Niebla . Por eso mismo mi personaje, del que hablo ahora aquí y que lleva veintiún años queriendo esculpir su argumento, se dedica a redactar microcuentos y relatos en un blog (palabra impropia en la jerga poética; otros prefieren llamarla “bitácora”, aunq...