Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2011

Cenizas

Volví a esa carpeta larga de madera que servía de banca en el patio. Me senté.   No sé por qué de pronto tuve ganas de cortarme el cabello. Tomé un mechón y lo estiré hasta la punta de mi nariz. Cabello negro y grueso, enmarañado, alámbrico.   Me saqué los lentes. Una nube me volvió a figurar un avión roto; un poste de luz de dos faroles, un tuerto rubio. Quise ver y vi caras sin rostro, desfiguraciones, una toma miope. Hacía mucho frío y no temblaba. Tenía un cigarrillo en el corazón. Lo sé por las cenizas. Vi luego mis manos. Tamborileaban despacio en la madera. Mis uñas estaban limpias. Una cicatriz cerca de un nudillo brillaba, relieve tosco y antiestético. Mis dos manos son antiestéticas. Son feas, toscas, porosas, fuertemente marcadas, con dedos medianos. Algunas callosidades me han formado en las yemas los acordes de una guitarra. Me cansé de tamborilear. Junté los brazos y pegué en ellos mis ojos   cerrados. En la oscuridad, frente a mis párpados, apareció una aureola verde que