Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2008

Resignación

Hay veces en que resignarse es una acto de madurez. Yo me resigno hoy a seguir tratando de llegar al corazón de la mujer más linda de entre todas las que en mi corta juventud he conocido. No debo continuar con este amor que le tengo, porque ella no lo quiere, y para colmo de males, voy causando discusiones, intrigas y pesares en su pecho, en su almohada, en su sol y en su luna. Hoy me aparto de ella, lo tengo bien decidido; y que se sienta más cómoda sin mi torpe acecho.

Nívea y fría

Imagen
Ella temblaba. Su piel retumbaba y el tránsito de su sangre era un caos cuando él cogió su mano, mano nívea y fría, como de muerta, como si la hubiese matado la noche con aliento de hielo. Ambos lo recuerdan. Recuerdan que se sentaron al borde de esa pileta apagada y quieta -un estanque sin vida, ni con reflejos de luna ni tampoco de estrellas-, que era para él un vaticinio aciago, un enigma silencioso, un testigo e incriminado. Él la llevó hasta allí para intentar amarla más próximo que nunca. Él es un torpe al expresarse. Aquella vez algunas de sus ideas revoloteaban sin dejarse atrapar y otras tropezaban con su voz. Y ella no hacia más que oírlo y mirarlo, tratando de entenderlo, o riéndose formando líneas de risueña madurez en su rostro. Él fue hacedor de muchos preámbulos luchando por enderezar sus intenciones; sin embargo, era menester que le compartiera a ella su desasosiego; por eso, reverencialmente extendió su mano para pedir la de ella, quien, como una princesa, grácilmente

Cuestiones de palabras y cuestiones de hechos

En las discusiones sobre alguna cuestión primero deben buscarse las diferencias entre los hechos admitidos, ya sea que existan o se plantée cómo es que suceden, y luego observar qué admiten unos y qué admiten otros; pero puede pasar que la discusión no llegue jamás a concluirse, para eso se tienen que distinguir entre las cuestiones de hechos y las de palabras. No obstante, la distinción se hace pesada cuando las cuestiones tienen parte de hechos y parte de palabras, según el sentido e intención con que se debata. Por ejemplo: Bruto, el matador de César, ¿fue un asesino ? A leguas parece ser solamente una cuestión de palabra; mas cuando la controversia se empieza a concentrar en rasgos como si el asesinato político es conveniente o no para las sociedades, entonces la cuestión se inclina hacia el aspecto de los hechos. Las discusiones que provocan la cuestiónes de palabra muchas veces consumen bastante tiempo y trabajo. Antes de discutir o analizar una cuestión nos debemos preguntar:

Un tópico de la Ilíada

Paris se enfrenta a Menelao. Es la oportunidad para que la riña entre argivos y teucros no logre estallar en un combate sanguinario que, finalmente, logra sucederse por la perfidia de los troyanos a los juramentos cuando Paris abandonó el campo de batalla y luego Pándoro disparara su flecha contra Menelao. Homero enfatiza en Paris al “Don Juan” de la época, apuesto y seductor, pero al final de cuentas, cobarde. Esto es visto en el reproche que le hace Héctor a Paris cuando este se oculta para no pelear contra Menelao: “¡Cobarde Paris! ¡Miserable! Tu gallardía y tu hermosura no valen más que cuando las mujeres están delante”. No cabe duda que la belleza de Paris se encontraba inversamente proporcional a su valor para desenvainar la espada en una contienda de vida o muerte. Paris provocó la guerra al raptar a la divina Helena, y cuando pudo enmendarlo, para verguenza de los troyanos, no lo hizo. Fue tan cobarde que para justificarse de su derrota acusó a la diosa Atenea de proteg